Analizamos como la equiparación legal entre permisos de maternidad y paternidad en España todavía no garantiza una corresponsabilidad real en la cura de los hijos.
A pesar de haber llegado tarde a la reforma de los permisos parentales, desde el 2021 España se ha situado entre los países europeos con uno de los modelos más igualitarios: 16 semanas retribuidas e intransferibles tanto para madres como para padres. Aun así, varios estudios recientes demuestran que la igualdad legal no se ha traducido todavía en una igualdad real en la aceptación y el uso de este derecho. En este artículo analizamos datos actuales y tendencias sobre el uso del permiso de paternidad en España, con especial atención a las desigualdades sociales y económicas que lo condicionan.
Datos recientes sobre el uso del permiso de paternidad
A pesar de la reforma legislativa que estableció la igualdad de duración entre los permisos de maternidad y paternidad, los datos apuntan a diferencias significativas en el impacto real. Según el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), el 2024 se registraron 220.800 madres y 251.000 padres que disfrutaron del permiso por nacimiento y cura del menor. Sin embargo, la duración media fue de 102,7 días para las madres y 92,5 días para los padres, una brecha que evidencia una adopción desigual.
El modelo “solo care”: quién asume realmente las curas exclusivas?
Uno de los indicadores clave de corresponsabilidad es el modelo «solo care»: cuando el padre hace la segunda parte de la baja sin coincidir con la madre. El estudio de Recio y Castellanos por la Institución de Estudios Fiscales (IEF) muestra que solo un 21,5% de los hombres opta por esta modalidad. Este porcentaje sube hasta el 40% en sectores cualificados, como la sanidad o las tecnologías de la información, pero cae hasta el 10-16% en sectores como la agricultura o la construcción.
Fraccionamiento y coincidencia: patrones según renta y sector
El estudio de EsadeEcPol revela que el 52% de los padres fraccionan el permiso y el 48% coinciden completamente con la madre. Este fraccionamiento se utiliza sobre todo en sectores con alta calificación profesional (más del 70%), mientras que en sectores como la hostelería o la agricultura, el uso fraccionado baja al 15%.
Estos datos apuntan a una realidad desigual: a mayor renta y estabilidad laboral, mayor capacidad de decidir como y cuando usar el permiso. En cambio, entre las rentas más bajas, la presión económica y la rigidez de las condiciones laborales limitan esta libertad.
Motivos culturales y prácticos: ¿Qué condiciona el uso real del permiso?
Según la Barcelona School of Economics, muchos padres concentran el permiso en periodos como vacaciones o durante acontecimientos sociales (como el Mundial de fútbol), en vez de usarlo para cubrir necesidades reales de cura. Esto indica que, a pesar de la reforma legal, la cultura de la cura continúa asignando un rol principal a las madres.
Conclusiones y retos del futuro
El caso español muestra como una reforma legal valiente puede abrir la puerta a la corresponsabilidad, pero también como los condicionantes económicos y culturales siguen marcando el camino. Si queremos una igualdad real, hará falta:
- Incentivar el uso del modelo «solo care»
- Promover campañas de sensibilización sobre el valor de los cuidados paternos
- Extender la flexibilidad de los permisos en sectores precarios
- Acompañar la legislación con medidas de corresponsabilidad dentro de las empresas
España ha dado un paso importante, pero el viaje hacia la igualdad real todavía tiene tramos exigentes. Hace falta que las empresas, las instituciones y las familias avancen de la mano para hacer del derecho a la cura un derecho efectivo y universal.